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Sandra Rodríguez

 

 

Silvia Cruz, estudiante de Administración y Dirección de Empresas de 23 años, padece anorexia nerviosa purgativa. El diagnóstico oficial existe desde el mes de agosto de 2014, pero ella declara que el problema está presente en ella desde hace aproximadamente un año. "En septiembre de 2013 empecé a notar que ya no era yo. No tenía seguridad en mí misma, la autoestima la tenía cada vez más baja. Veía que algo en mí estaba cambiando y que no estaba contenta conmigo misma".

 

Silvia descubrió en el mes de septiembre de 2013 que tenía una serie de inseguridades que provenían de distintos aspectos de su entorno, y encontró una `salida´ en la alimentación. "Si no veo nada bueno en mí misma y el físico es lo único que puedo cambiar, tengo que hacer todo lo que pueda". Empezó reduciendo las comidas; después comía un día por la ansiedad y al día siguiente no comía nada. "Así compensaba, pero no se apreciaba ninguna diferencia en mi cuerpo". Silvia confiesa que cada vez estaba peor consigo misma y que dejó de salir con sus amigos por inseguridad, porque "no era capaz".

 

"Pensaba: 'no como, estoy haciendo algo bien'"

 

A principios de abril de 2014, Silvia deja de racionarse la comida y la deja de lado por completo, excepto cuando está acompañada para que nadie note nada extraño. El dejar de comer le provoca un "subidón de ánimo, ya que encuentra la forma de sentirse bien consigo misma". Además, adquiere una progresiva adicción a los laxantes y al agua, llegando a tomarse 12 laxantes y 6 litros de agua diarios. "Al principio lo hacía para saciarme, pero luego era una necesidad que el cuerpo me pedía porque se había acostumbrado a recibir esa dósis". Su pérdida de peso alcanza los 13 kilos en apenas cuatro meses.

 

Pero el comportamiento extraño de Silvia va saliendo a la luz. Su madre le pregunta cada vez más sobre su ropa y su alimentación. Las excusas para sus amigos sobre por qué razón no sale también empiezan a delatarse. Ella ve que no puede seguir disimulando.

 

"Tu vida te da igual, solo te importa adelgazar. No te valoras, solo valoras cuánto has adelgazado"

 

Silvia se da cuenta de que algo en ella no va bien, que no puede dedicarse de lleno a pensar en su cuerpo o en las calorías de cada alimento. Así que en agosto decide ir a un especialista en psicología, que le confirma que padece un trastorno alimentario. "Fui allí convencida de que me iba a decir que estaba exagerando la situación y que lo que necesitaba era adelgazar, que estaba gorda". El diagnóstico en una primera sesión fue que o se ponía en tratamiento o, si seguía con esos hábitos, le iba a dar un paro cardíaco en cualquier momento. "Me dije a mí misma que algo tenía que hacer".

 

Silvia empieza el tratamiento en el mes de agosto, automáticamente después de acudir al psicólogo. Le realizan una evaluación previa, en la que le diagnostican anorexia nerviosa purgativa, lo que conlleva también un trastorno depresivo. Va semanalmente al psicólogo y al psiquiatra. Acude también al nutricionista para la dieta especializada de calorías. También le obligan a comer delante de alguien y no acude al aseo sin compañía.

 

Antes de comenzar el tratamiento, Silvia observa cambios en su organismo debidos a la malnutrición y a las adicciones a los laxantes y al agua. Los cambios físicos se basan en que cada vez se le cae mayor cantidad de pelo, sufre amenorrea -su mentruación desaparece durante cuatro meses, ahora regulada gracias al tratamiento-, le aparecen moratones en el cuerpo sin ningún motivo y se le seca mucho la piel y la boca. Su concentración cada vez es menor, no solo porque no pare de pensar en comida y en adelgazar, sino porque su cerebro no funciona como debe, se satura. También tiene muy poca retención de memoria: "llegué a un punto en el que no era capaz de leer ni una línea".

 

A pesar del gran paso que ha dado Silvia, una clave muy importante para afrontar este trastorno, sigue sintiendo que merece su situación debido a su imagen física. El gran reto no está en modificar su físico, sino su visión mental.

"Mi mayor enemigo soy yo misma"

Conocemos la anorexia nerviosa purgativa de la mano de una joven que la padece

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