
ALGO MÁS QUE UNA CONDUCTA
El Espectro del Autismo
El Trastorno del Espectro Autista (TEA), conocido como autismo, es un conjunto de alteraciones en el desarrollo neurológico que afectan al funcionamiento y desarrollo cerebral. Estas alteraciones se basan en las dificultades en la interacción social, en las capacidades de comunicación social, en el procesamiento sensorial y en el desarrollo de la conducta.
En el aspecto de la comunicación social, los usuarios con un TEA presentan alteraciones a la hora de comunicarse de manera verbal y no verbal, utilizando un lenguaje fluido sin saber emplearlo o escaseando de él.
El último aspecto, referido a la conducta, puede darse presentando una serie de patrones repetitivos de actividad, un aislamiento propio social o por el hecho de no mostrar interés por relacionarse con los demás. No analizan cuáles son las pautas de conducta adecuadas.
Los aspectos relacionados con el procesamiento de la información proveniente de los estímulos sociales se ven alterados por este trastorno. La manifestación de las alteraciones citadas varía en las distintas personas que presentan el autismo. Todo ello les produce importantes dificultades para desarrollarse en el entorno social.
La Fusiform Face Area del cerebro (la faceta social) presenta menor actividad funcional en las personas con autismo. Estos usuarios prestan mucha atención a los detalles y pierden la atención en la visión generalizada de la situación. Su capacidad imaginativa, además, es muy limitada. Todo ello provoca una dificultad mayor en el aprendizaje.
El autismo no es una enfermedad
El TEA no es una enfermedad, sino un Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) crónico. Se manifiesta en 1 de cada 150 personas, pudiendo aparecer en cualquier momento de su vida. Los varones son más susceptibles de poseerlo, concretamente, cuatro veces más posibilidades.
Las personas que la presentan son dependientes de otras, provocando que uno de los objetivos principales del tratamiento sea lograr una vida lo más autónoma posible.
Los tipos de TEA
El Síndrome de Asperger es un Trastorno Generalizado del Desarrollo que se caracteriza por la dificultad en las relaciones de interacción social y en el lenguaje comunicativo.
El Síndrome de Rett se trata de un trastorno neurológico hereditario que aparece en el usuario entre los dos y los cuatro años desde su nacimiento, con una frecuencia de manifiesto de entre 1 de 10.000 personas. Este síndrome es caracterizado por la costosa adaptación del individuo al desarrollo del lenguaje comunicativo y social. Esta dificultad es progresiva a medida que el usuario crece.
El trastorno de desintegración infantil (Síndrome de Heller) requiere aún mucha investigación, debido al gran desconocimiento sobre este trastorno. Aparece en los individuos a partir de los dos años de edad, presentando una serie de disfunciones en las habilidades para expresarse y comunicarse.
Los tratamientos de un TEA
El Análisis Conductal Aplicado se emplea para desarrollar las capacidades de sociabilización y comunicación. La terapia incluye al entorno de la persona que posee el trastorno, para conocer los comportamientos que deben seguir para relacionarse con él.
Las intervenciones emocionales y psíquicas pretenden fomentar el desarrollo de las capacidades de expresión y muestra de sentimientos de la persona que presenta autismo, promoviendo su empatía.
Por el momento, no existe un tratamiento efectivo completamente para los Trastornos del Espectro del Autismo. La educación individualizada y los apoyos por parte de los profesionales fomentan las aptitudes de las personas que poseen el trastorno.

El Sistema de Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD)
Debido a los distintos y diversos procesos de investigación que se realizan sobre los Trastornos del Espectro Autista, el autismo deja de considerarse una enfermedad `rara´ y desconocida. Las investigaciones se han centrado en los ámbitos de la psicología, la psicopedagogía y la medicina.
En algunos casos, el TEA presenta una base genética identificada. Las últimas investigaciones afirman que los cromosomas dos, tres, siete y quince, así como el cromosoma X, tienen una relación directa con la base genética del autismo. El cromosoma dos, el segundo en tamaño asociado al genoma humano, tiene relación con el desarrollo lingüístico. Estudios demuestran que el gen SLC25A12 tiene una mayor presencia en los individuos con autismo.